Mind games

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SophiexReese | Hospital secreto

567 ladrillos en la pared. Los había contado. Una y mil veces. Hasta el cansancio, hasta conocerse los detalles de cada ladrillo individual. No recuerda cuanto tiempo lleva allí dentro. Sabe que ha tratado con gente allí dentro. Lo recuerda. Lo sabe, pero no puede descifrar hace cuanto tiempo no ha tratado con alguien más. Es ella. Ella y sus fantasmas. Ella y el dolor de experiencias que no puede concretar en su memoria. Ella y la soledad y la sensación de que hay algo más detrás del silencio. El silencio que rompe con una risa estridente al recordar que está sola y que no sabe que está ocurriendo.

Se encuentra contando el número 340 en la pared, cuando la puerta se abre de pronto. El chirrido la sobresalta. Pero nada ocurre. Simplemente se abre dejando a su vista el pasillo oscuro y solitario al cual sale luego de esperar unos pocos minutos. No hay nadie de un lado, ni nadie del otro, pero aún así escucha una voz lejana que se ríe de ella. – Vete a la mierda – Le dice a la nada misma mientras avanza por las sombras. – Sal, sal de donde quiera que estés – Golpea las puertas que encuentra en su camino e intenta abrirlas, pero todas están cerradas. Al menos puede estirarse, caminar. Estar encerrada ha jodido su cabeza aún más de lo que ya estaba jodida. ¿O no estaba jodida? Sophie se detiene cuando ve una sombra al final del pasillo y sin dudarlo se lanza corriendo hacia ella - ¡Te encontré!

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SophiexReese | Hospital secreto

¿Era de día? ¿De noche? Las puertas eran metálicas… vibranium eso era ¿pero por que era? No podía recordar levantó si mano hacia el techo buscando enfocar algo, en tanta oscuridad las voces en sus cabeza era lo único tangible incluso si no eran reales se sentían tan reales como el dolor de aquellos tratamientos “impartidos por su bien” si no salía de allí iba a volverse loco o aun peor iba. Acaba perdiendo la voluntad que le quedaba dejaría de ser él par siempre, solo dejaría la cascara de lo que alguna fue.

Casi como si por arte de su mente se tratara la puerta se abrió rechinando por el oxido y la falta de lubricación ¿Podía acaso morder sus piernas? Aparentemente si lo hacia por que se desplazo por los pacillos oyendo un ruido, golpes en las puertas, podía reconocer ese ruido como algo externo a su mente y fue directo a la fuente de los mismo, no quedaba mucho estaba cerca. Podía oírlo en la penumbra y  tomándolo desprevenido de un momento a otro mas aún así pudo reconocer a la dueña de esa voz y por primera vez en quien sabe cuanto tiempo abrió sus labios para emitir sonido.
—¿Sophie?...

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SophiexReese | Hospital secreto

No hay llamado que pueda detenerla. Tampoco nombre que pudiera llamar su atención. Simplemente corre. Corre con todas sus fuerzas y cómo no lo había hecho en tanto tiempo. Su cuerpo agradece el movimiento y con un salto amplio busca derribar a la silueta. Silueta que había adquirido rostro a medida que se acercaba. Pero ya no importaba. Había aprendido que sus visiones podían cobrar cualquier tipo de forma. Desde sombras horrendas hasta personas diversas. Era todo una ilusión y quería erradicarlas.

- ¡Demonio del infierno! - Grita, aterrizando sobre él. Sus manos buscan su rostro, dañinas y certeras. Queriendo arañar, golpear, destrozar. No iba a permitir que una visión de su mente jugara con ella de esa forma. ¡Jamás! - ¡Voy a matarte! - Porque al final prefería la soledad y dejar de ver cosas tan reales. Era demasiado. Era piel de verdad, y voz de verdad. Pero era imposible. ¡Imposible!  Si estaba sola. Si era un sueño. Una pesadilla - ¡Déjame en paz! - Quería abrir los ojos y despertar dentro de su habitación. Encontrarse de nuevo con los ladrillos y el conteo eterno.

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SophiexReese | Hospital secreto

Las luces tintineaban y zumbaban como si todo el lugar estuviera sufriendo múltiples fallas de seguridad. Mientras la mujer se abalanzaba sobre el en su mente se repetían. — Persecución paranoica, alucinaciones visuales, auditivas, sensoriales, proyección…— finalmente las palabras en su mente se volcaba en su boca como si se tratara de un mantra, balbuceaba perdido las palabras que los psiquiatras describían cada que lo anestesiaban o medicaban con aquellas drogas que lo mantenían en calma como bajo control y dopado despojado de cualquier sentido o voluntad. Pero aquel zumbido la vos de la mujer la conocía no era un delirio no era una proyección.

Por alguna razón su piel parecía quemarle, aquella sensación era tan intensa que no podía atribuirla a simple alucinación — ¡Sophie! — vocifero decidido sin generar cambio en su accionar.— ¡Soy yo!,  soy…— volvió a gritar, sin siquiera poder recordar su propio nombre, más aquel no era el peor de sus problemas. Pisadas pasos, corridas pesadas y urgidas se dirigían a ello , ese sonido para nada era producto de su mente podía dudar de la presencia de Sophie frente a él pero no de esos paso de esos gritos y… ¡Disparos! — Debemos irnos ellos ya vienen.— Expreso alertado en tentando no sólo quitársela de encima sino también salir corriendo e allí.